Andrés Jugo está en primero de Bachillerato, y estudia en el colegio Fe y Alegría La Chinita, en Maracaibo. Desde su silla de ruedas, muy sonriente, nos aclara que la utiliza de forma temporal, ya que se encuentra en proceso de rehabilitación tras haber sido operado de la rodilla. Andrés nació con una lesión en la espalda llamada mielomeningocele que le impide caminar bien, pero gracias a distintas cirugías está logrando mejorar poco a poco su movilidad.
Adaptarse a su condición de discapacidad dentro de la escuela no ha sido fácil para Andrés, pero lo ha conseguido. En el proceso, explica, el apoyo de su madre, sus amigos y los docentes de Fe y Alegría ha jugado un papel fundamental.
Andrés recuerda con afecto a su primera maestra, la profe Ledis: “Ella fue quien le dio la idea de la silla a mi madre, para que pudiese movilizarme en la escuela.” Pero su profesora favorita es Ada: “En cuarto grado Ada me ayudó a cambiar y a relacionarme mejor con mis amigos.”
Andrés responde dubitativo cuando le preguntamos qué quiere hacer una vez que termine el Bachillerato, aunque en principio le gustaría estudiar Electrónica en Fe y Alegría. Suena el timbre del recreo, pero antes de marcharse con sus compañeros lanza un mensaje sobre la importancia de la educación para los niños y niñas venezolanos: “Yo les recomendaría que no dejen la escuela, porque la escuela es lo que los va a preparar para su futuro.”
- Andres David Jugo Moscote -